Por las noches
veo pasar
los espíritus
frente a mis ojos
a través de
las paredes desfilar…
Aún logro
percibir la esencia de los perdidos
sin que la
pueda tocar.
Estiro los
dedos casi congelados,
frío, viento y
obscuridad me ciegan.
El todo, la
nada… me pierdo en el infinito.
Las piernas me
sostienen,
avanzo
lentamente entre sombras y espíritus
que dejaron en
mí recuerdos de calor.
calor que me
envolvía y ahora añoro,
un calor que
no quiere morir
y se aferra al
presente en mis recuerdos.
Avanzo, no me
detendré
aunque en
melancolía se ahogue mi ser,
aunque el frío
recorra mi venas y corte mi aliento.
Los cálidos
espíritus siempre me acompañan,
me hacen
fuerte, me animan a vivir.
Creo en ellos
y ellos en mí.
No me
detendré, aunque no sean reales,
aunque sean
impalpables recuerdos y añoranzas,
son parte de
mí
yo los amo,
ellos me aman
y siempre ha
de ser así.
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