jueves, 29 de mayo de 2014

LECHE CON CHOCOLATE

Una noche te vi, y aun conservó en mi mente aquella silueta despampanante. Tu larga cabellera posaba delicadamente en tus hombros y lo enredabas sensualmente entre tus dedos, esos finos dedos que me idiotizan. Con éxtasis en la mirada desnudaba tu alma. Un alma tan pura que debía ser mía.

Cuando dijiste tu nombre, esa bella voz de Madonna resonó por todo mi ser e implosionó en mi pecho. Tomé tu mano, miré tus ojos color miel y grabé en mi mente cada fino detalle de tu rostro. Tu nariz afilada, tu mirada profunda,  tus labios carnosos, tus mejillas afelpadas como los pétalos de una flor y tu deliciosa piel de chocolate diluido en leche.

Que día tan asquerosamente aburrido ha sido este. Ahí vamos de nuevo con lo mismo. Llegó a la escuela y como siempre llega tarde el profesor ¿Porque nos hace venir a las siete? si él llega hasta que se le hincha la gana. Pero si uno llega tarde nos manda a la chingada ¿no? Me caga levantarme temprano. Luego vas a la cafetería y solo venden comida ahogada en grasa y agua tutifruti de dudosa procedencia. Y para terminar el día te largas a casa, tras ver que no se realizará ninguna peda otra vez.

Esta vida es un bodrio, pasas los días estudiando y partiéndote la madre ¿para qué? Para que un día seas profesionista y pases los días trabajando en un sistema mediocre que solo sorberá tu alma y escupirá una asquerosa masa inservible.

Quizá es cierto lo que dicen. La vida es muy corta para desperdiciarla actuando como supuestamente debes, pero… tampoco me siento a gusto sino cumplo con lo que me piden. Aunque una escapada de la realidad no es tan malo de vez en cuando.

Bueno… heme aquí, no pensaba venir a este bar con mis compañeros, ni que fuéramos tan unidos después de todo. Rara vez charlamos y si lo hacemos es para preguntar por la tarea… ¡Ah! Me siento estúpida aquí hablando sola, siempre soy la invitada radioactiva. Llegó y me pongo a bailar con ellos y se sientan a beber, me dirijo la barra del bar para brindar con ellos y se abren a las mesas ¡tropel de idiotas! ¿Por qué vine a este lugar? Ni siquiera hay chicos lindos con quien darse un buen taco de ojo. 

Veo, veo… no veo nada interesante y ¿Tu? Mi misma voltea tu mirada a la chica que va llegando. ¿Qué es esto? Una chica ha cautivado mis sentidos. No lo puedo creer, ni que fuera lesbiana, aun así… solo con verla creo que podría decirse que valió la pena venir. 

Le hablo, no le hablo, le hablo, no le hablo… que encrucijada. Pues venga, solo quiero saber su nombre. Muy bien, es mi oportunidad se ha quedado sola, me voy a acercar despacito por otra bebida y a ver qué pasa. 

- ¡Hola! ¿Cómo te llamas? – rayos, estoy nerviosa, espero no se haya dado cuenta ¿Qué pensará de que una chica le esté hablando así de la nada? 

- Me llamo Raquel - que hermosa voz tiene, es gruesa y delicada al mismo tiempo - ¿Vienes seguido aquí? 

- ¡Qué va! Viene con unos compañeros de la escuela pero ya se abrieron como siempre. Estaba a punto de irme a casa.

- Qué bueno que no lo hiciste, así pude conocerte – ¡Ha puesto su mano sobre la mía! Que es esto estoy totalmente roja. ¡Que no se dé cuenta, que no se dé cuenta!

- ¿Te gusta bailar?

- No soy muy buena, además ya casi me voy.

- Yo tampoco, pero vamos a bailar, al menos un ratito. Por cierto ¿Cómo te llamas?

- Devora. 

Estoy bailando con una mujer. Bueno no es tan raro el que dos mujeres bailen juntas pero… me siento extraña, la acabo de conocer. No sé qué decirle, ya paso mucho tiempo sin que ninguna diga nada.

- ¿A qué hora te vas? ¿van a venir por ti? – ¿A qué hora me voy? ¿Acaso ya la aburrí? ¿Por qué me sorprendo? Ni que fuera raro que yo aburra a alguien.

- No sé, como a la una tengo que llegar a casa

- Son casi las dos.

- ¿Qué? ¡Rayos! ya me voy entonces

- Espérame te acompaño, voy por mi bolsa – Esta sujetando mi muñeca, quiere ir conmigo ¿Por qué? ¿Será una secuestradora profesional? No soy tan interesante como para que…

- Listo ¿nos vamos? – Mierda que sonrisa más hermosa tiene, no le puedo decir que no.

- Claro - ¿ahora qué? No pasa ningún taxi – si quieres yo me voy sola, tu quédate a divertir.

- No voy a dejar que te vayas sola, para una chica tan linda como tú, es peligroso andar sola – Cree que soy linda

- Y qué me dices de ti, tampoco es seguro que andes sola.

- Nena, no te preocupes por mí. Estaré bien – No puedo decirle que no a esos ojos – ¿Qué te parece si comenzamos a caminar? 

- Claro, no está muy lejos - ¿Qué puedo decirle? No se me ocurre nada.

- ¡Oye! ¿Eres lesbiana? 

- ¡¿Qué?! No ¿Por qué lo preguntas? – ¿Acaso ella… se ha dado cuenta de algo? ¿Qué hago?

- Por cómo me miras, además estas muy nerviosa. 

- Am… perdón yo… no soy lesbiana, pero… yo… am… no puedo explicarlo pero cuando te vi no puede quitarte los ojos de encima. Creerás que estoy loca enamorándome de una chica a primera vista pero yo… - Me ha besado… me está besando, esto… que sensación yo… ella... Por favor no me sueltes

- Discúlpame, no pude evitarlo, mi cuerpo se movió solo… - No me sueltes, por favor – ¿Ya no me vas a hablar? – Quiero hablar pero no puedo ¡No te alejes! – ¿No dirás nada? – Manos ¿Qué están haciendo? No escuchen a mis labios ¡deténganse!  - ¡Dime algo!

- Déjame besarte de nuevo, déjame sentir esos suaves labios con sabor a miel y que tus cálidos brazos me envuelvan dulcemente. Deja que nuestros cuerpos se vuelvan uno de nuevo, por un segundo, un minuto, un instante efímero que se volverá eterno en mi mente

- Sígueme – Esta susurrando en mi oído ¿Qué estoy haciendo? Debo ir a casa, pero quiero estar con ella ¿Porque la sigo? ¿A dónde me lleva? ¿Qué pretende? Estamos en un motel… Mi celular está sonando de nuevo, es mi madre ¿Qué hago?, no se cuantas veces ya ha llamado, debe estar preocupada.

- ¿Bueno? Madre estoy bien… si lo se… madre… no iré a casa… madre... solo te diré que estoy bien… adiós.

- ¿Te regañaron?

- Eso no importa ahora, quiero estar contigo. Aunque nunca antes me haya enamorado de una mujer, no puedo alejarme de ti ahora.

- Debo decirte algo antes de continuar.

- Lo que sea no importa, dímelo después.

- No, debo hacerlo ahora. No quiero que te asustes. Yo tampoco me había enamorado de una  mujer antes, pero no solo es eso… yo… 

- Tampoco tengo idea de cómo vaya a resultar esto…

- Mi nombre no es Raquel  - ¿Le preocupa que no me dijo su nombre real?

- ¿Cuál es?

- … mi… me llamó… Ramón – Su voz… ha cambiado… Ra-món… - ¿No dirás nada? 

- Tienes nombre de hombre, porque… ¿eres hombre? 

- Si… jamás me había enamorado de una chica, estaba totalmente seguro de que era gay y además me gusta vestir como mujer, pero desde que comenzamos a hablar me di cuenta que me gustabas y… cuando dijiste que no eras lesbiana, no se… quise probar y pues... me puse duro cuanto te besé y luego me dijiste esas cosas tan hermosa y yo… quería estar seguro pero… no quiero que te asustes… yo… no sé qué pasará si… 

- No digas más… arruinaras el momento. Solo bésame y comprobemos que esto es real. 

Estuve con ella toda la noche, quiero decir… él. Su espalda es tan tersa, me siento bien abrazándolo. No me dejes, Ramón o Raquel, eso no importa, quiero quedarme junto a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario